En México, solo cuatro de cada 10 mujeres trabajan en la economía remunerada, lo que implica que millones no tendrán la oportunidad de ahorrar para su retiro y quedarán a expensas de familiares.
En enero de 2023 la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 60.2 millones de personas de 15 años de edad y más, lo que implicó una tasa de participación de 60.3 por ciento. Al distinguir por sexo, la tasa de participación de los hombres fue de 76.4 por ciento y la de mujeres de 45.9 por ciento, evidencia la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Para Fátima Masse, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), uno de los grandes retos de la economía mexicana es la dificultad de las mujeres para sumarse a la economía remunerada en general, es decir, incorporarse a la fuerza laboral. “La realidad es que para las mujeres es difícil insertarse dentro de la economía, hay barreras que detienen este talento y terminan eligiendo opciones laborales que tienden a ser mucho más flexibles y esa flexibilidad no se las dan en muchos trabajos formales. Alrededor del 50 por ciento de las mujeres está en la fuerza laboral y el 55 por ciento de ellas trabaja en la informalidad, y conforme aumenta el número de hijos, que es un indicador de aumento de cuidados, pues la tasa de informalidad crece mucho más”.
Respecto a las mujeres en la subocupación, es decir, las que tienen necesidad y disponibilidad para trabajar más horas de lo que su ocupación actual les demanda, Masse comenta que disminuye el número de horas en el mercado laboral, lo que impacta en los ingresos generados y evidencia por qué las mujeres buscan más flexibilidad.
“Para que una mujer pueda garantizar sus ingresos en edad avanzada tendría que estar participando en el mercado formal y ahorrando para su retiro”.
Para Fátima Masse, directora de Sociedad Incluyente del IMCO.
PARA SABER MÁS
Informalidad laboral
La población ocupada en la informalidad laboral considera, sin duplicar, a quienes son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, así como a las personas cuyo vínculo o dependencia laboral no reconoce su fuente de trabajo. Así, se incluyen -además de la población que labora en micronegocios no registrados o sector informal- otras modalidades análogas como las y los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a quienes laboran sin seguridad social y cuyos servicios los utilizan las unidades económicas registradas, explica la ENOE.
Retos para lograr un mejor futuro económico para las mujeres
El principal reto para que las mujeres puedan acceder a un mejor futuro económico es que logren insertarse en el mercado laboral formal. “El sistema de pensiones en México depende en gran medida del estatus laboral, lo que pone en desventaja a las mujeres y su ahorro para el retiro. La mayor parte de los trabajadores accede a una pensión porque ahorra durante varios años y hay otra parte que viene de las pensiones no contributivas", opina la directora de Sociedad Incluyente del IMCO.
Subraya que otro de los grandes desafíos es el número de semanas de cotización que impacta a las mujeres. “La reforma de 2020 a la Ley del Seguro Social ha sido beneficiosa para las mujeres, haber recortado las semanas de cotización para poder acceder a una pensión, definitivamente ayudó a más mujeres, sin embargo, hay que poner una cosa en el radar: estas semanas de cotización van a ir aumentando de 25 en 25 cada año, entonces si como sociedad no logramos romper las barreras para que más mujeres se puedan insertar a la economía formal vamos a regresar al mismo punto de antes. Al final del día, estas diferencias que ves en el sistema de pensiones o en las AFORES se explican por las diferencias o inequidades que se viven en el mercado laboral”.
Fátima Masse destaca que otro reto que pesa mucho es el hecho de que las mujeres viven más años que los hombres, por lo que deben ahorrar más para tener ingresos suficientes.
#UnDato
Mujeres en la economía
• 85 pesos es lo que en promedio ganaba una mujer al cuarto trimestre de 2022.
• De 58% en 2005 a 54% en 2022 disminuyó el porcentaje de mujeres en la informalidad.
• 2.5 veces más horas que los hombres destinan las mujeres al hogar.
• 36% de los participantes expresó que ahorra en el banco u otra institución financiera.
• 15% mayor que el de 2020 podría ser el PIB de México en 2030 si se suman 8.2 millones más de mujeres a la economía para alcanzar la participación femenina promedio.
Fuente: Monitor Mujer en la Economía del IMCO / #DatosPorLaIgualdad #8M2023 del IMCO.
La realidad: las mujeres ganan menos
Durante la etapa de acumulación de recursos en su Cuenta AFORE, las mujeres se ven en desventaja debido a que perciben salarios menores que los hombres y su permanencia en el mercado laboral formal tiene mayor intermitencia, ya que es común que abandonen sus empleos o que tomen jornadas laborales cortas para hacerse cargo de diversas responsabilidades familiares y el cuidado de sus hijos; lo anterior incide negativamente en el saldo previsional que podrían ahorrar al retiro de su trayectoria laboral, expone la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) en el documento Equidad de género en pensiones. El caso de México.
En lo que toca a la etapa de desacumulación, la CONSAR puntualiza que se debe considerar que la esperanza de vida de las mujeres es mayor a la de los hombres, por lo que deberán financiar más años de pensión, esto en detrimento de la amplitud del beneficio que puedan recibir al momento de la jubilación.
Asimismo, la CONSAR expone que el salario de los hombres es más elevado que el de las mujeres, por lo que el efecto estimado de ello en el saldo previsional ahorrado hasta la jubilación sería de 14.4 por ciento en detrimento del género femenino, es decir, por cada 100 pesos ahorrados por un hombre en su cuenta individual, una mujer acumularía 87.4 pesos. En cuanto a la densidad de cotización, la de los hombres es 7.3 puntos porcentuales mayor que la de las mujeres, este único hecho sería suficiente para que los hombres tengan un ahorro previsional al retiro 16 por ciento mayor (por cada 100 pesos ahorrados por los hombres las mujeres ahorrarían 86.2). El efecto conjunto de los salarios y de la densidad de cotización sería 32.7 por ciento, en favor de los hombres.
Programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores
Para la directora de Sociedad Incluyente del IMCO el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores funciona como un subsistema que hoy atiende los retos que tienen muchas mujeres ante la imposibilidad de reunir dinero a través de cotizar ante algún instituto de seguridad social y participar en la economía formal, sin embargo, se desconoce el impacto de este tipo de política pública y cómo se puede mejorar.
“Me parece que se deben integrar estos elementos y analizarlos con perspectiva de género, es fundamental. Este programa, por diseño, sí impacta de manera positiva a las mujeres y el riesgo que tienen de vivir una mayor pobreza en edad avanzada, pero no está estudiado, se tendría que estar evaluando y saber en qué medida beneficia a las mujeres. Y otro reto es que es un programa que está diseñado de manera universal, no se sabe si realmente está llegando a las mujeres que más lo necesitan, entonces habría que evaluarlo para saber cómo se ajustan las reglas de operación, por ejemplo, para poder incrementar o maximizar el potencial que se puede tener en beneficio de las mujeres”, puntualiza Fátima Masse.