En México el transporte genera la quinta parte de las emisiones de CO2 y solo el cuatro por ciento del parque vehicular corresponde a autos eléctricos.
El sector transporte en México es una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero (GEI) y de contaminantes climáticos de vida corta que además de contribuir con el calentamiento global generan impactos importantes en la salud de la población, refiere la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
Respecto al impacto del transporte en el cambio climático, Avelina Ruiz, gerente de Cambio Climático del World Resources Institute (WRI) México, expone que es uno de los sectores que más crece en cuanto a emisiones. “Una quinta parte de las emisiones del país viene del sector transporte, entonces, si lo que se busca es cumplir con los compromisos del Acuerdo de París para alcanzar una reducción del 45 por ciento de las emisiones de GEI al 2030 y la descarbonización hacia mediados de siglo, uno de los sectores más importantes es el sector transporte”.
Asimismo, menciona que los automóviles de combustión interna representan casi el 100 por ciento del parque vehicular de México, aunque en términos de ventas ha habido un incremento importante en vehículos híbridos y eléctricos. “En el país, alrededor del cuatro por ciento ya son ventas de autos eléctricos, pero es una porción muy pequeña. Por ello, la Estrategia Nacional de Electromovilidad es muy importante, ya que busca evitar los viajes en vehículos contaminantes, es decir, que emiten GEI y contaminantes criterio, que provienen de la misma fuente. Con la descarbonización del transporte también se consiguen importantes beneficios en cuanto a calidad del aire, lo que implica estándares, regulaciones e incentivos para restringir la circulación de vehículos contaminantes”.
En este contexto, México se comprometió a acelerar la reducción de sus emisiones de GEI hacia 2030 con una inversión de 48,000 millones de dólares y estrategias como el Programa Sembrando Vida y el Tren Maya, así lo confirmó Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se realizó en Egipto.
A través de la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, el gobierno de México pretende acelerar esfuerzos, en coordinación con el sector privado y las ciudades del país, para lograr la movilidad eléctrica, además de promover la transformación en el transporte público, ya que es el sector con mayor impacto social.
“Las ciudades han avanzado, Ciudad de México es un caso importante, pero también Guadalajara y Monterrey en términos de ampliar la red de ciclovías que invita a dejar el vehículo de combustión o contaminante, escalar horarios, crear zonas de bajas emisiones e integrar la planificación territorial con el transporte público. En ese esfuerzo importante tanto a nivel subnacional de los estados y municipios, como a nivel federal con la SEMARNAT y con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), seguimos viendo que hay un aumento muy importante de la flota vehicular, es decir, del 2000 al 2020 se ha incrementado 3.6 veces la flota vehicular, casi 260 por ciento más vehículos en las calles, por lo que parece que las estrategias no son suficientes. El cambio tiene que ver con mejorar la calidad de infraestructura de alta calidad del transporte público, incrementar la infraestructura peatonal, el transporte de carácter multimodal y renovar la flota”, puntualiza Avelina Ruiz.
Concluye que a pesar de los esfuerzos en la electrificación del transporte en diversas ciudades del país, prevalece el sistema hombre-camión y el 46 por ciento de las personas se mueve en transporte ineficiente. “El transporte público no es accesible para todos. Tenemos un estudio en donde vemos que un porcentaje muy pequeño tiene acceso a estaciones de transporte público. Además, en muchas de las ciudades mexicanas y en países en vías de desarrollo hay obsolescencia de la flota vehicular que se debe retirar, de lo contrario no sirve de nada incrementar la flota de vehículos eléctricos porque la otra sigue circulando”.
Fuente: WRI México.
Transporte público electrificado
El 19 de noviembre de 2019, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaun Pardo, anunció la integración de 23 nuevos trolebuses procedentes de China, acción que fue considerada como el primer paso hacia la electromovilidad en la CDMX.
En diciembre de 2022, Sheinbaun Pardo anunció que hay 318 nuevos trolebuses y se adquirirán otros 102, por lo que este año se vislumbra que habrá 500 trolebuses, con lo que se pretende recuperar completamente el Sistema de Transportes Eléctricos que estaba abandonado, ya que desde hace 40 años no se compraba un trolebús.
A diferencia de lo que han hecho China, Estados Unidos y los países europeos desde hace 20 años en materia de políticas y estrategias para la reducción de emisiones de GEI a través del transporte público, México recientemente inició esta transición hacia la movilidad eléctrico, refiere José Juan Hernández, gerente de Planeación y Operación de Transporte de WRI México.
“La electromovilidad en el mundo, principalmente en países avanzados, ha tenido un gran empuje y se ha dado de manera rápida, tiene alrededor de 20 años. Esta nueva forma de hacer vehículos inició principalmente en los países desarrollados como los europeos y EU, donde se fueron dando estos avances en los sistemas de transporte público. Después entró China, por 2010, con un fuerte desarrollo y actualmente es el principal país con más buses eléctricos en el mundo, en todas sus ciudades generó una serie de acciones estratégicas”, destaca Hernández.
Señala que en el sector transporte público en México fue donde iniciaron los cambios tanto en temas tecnológicos como en la organización, fortalecimiento institucional y de capacidades. “No solo se trata de cambiar un bus por otro, es un tema técnico, de análisis amplio que se debe considerar. En México el tema del impacto se ha dado de una manera muy baja pero se están llevando a cabo acciones relevantes para que detone mayor aceleración de acción. Tenemos ejemplos como el tema del gas natural en ciudades como Querétaro y León, Guanajuato; CDMX con el sistema Metrobús, ya empezaron a usar autobuses con lineamientos de reducción de emisiones”.
Asimismo, el gerente de Planeación y Operación de Transporte, subraya que en la transición hacia la electromovilidad, la infraestructura es clave, por ello instituciones como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se ha vinculado con diversas organizaciones, entre ellas WRI México. “Tenemos un proyecto con la CFE para ver cómo se pueden detonar las famosas electrolineras, para lo que se debe generar todo un esquema centrado en modelos de negocio innovadores porque todavía sigue siendo una tecnología un poco cara en México. Actualmente el enfoque está en el transporte público para ver cómo se implementa la infraestructura y se cierra un modelo financiero realmente funcional para la incorporación de este tipo de vehículos. Creo que con la Estrategia Nacional de Electromovilidad se va a dar un paso adicional para ver cómo incorporar tanto en el sector privado como en el sector de los servicios de transporte estas nuevas tecnologías. Consideramos que la CFE es uno de los principales ejes para poder implementar todo este tipo de nuevas soluciones y se puedan cerrar los modelos de negocio”.
En ciudades como Hermosillo, Sonora, cambiaron a vehículos eléctricos las patrullas de la Policía Preventiva y Tránsito Municipal, así como la flota de recolección de residuos.
Respecto a la tecnología de transporte público Cablebús, José Juan Hernández indica que es ideal para las zonas con pendientes muy altas, donde los vehículos de transporte público no pueden acceder. “El Cablebús se vuelve una solución ideal para este tipo de zonas porque solo es una estructura con un cable y una cabina, son estaciones elevadas, y la estrategia actual de cómo se está integrando con otros modos de transporte masivo ayuda bastante a mejorar la conectividad de estas zonas que a veces están muy rezagadas en el acceso a servicios de transporte. Estas dos líneas de Cablebús actualmente operando son muy buenas alternativas de viaje. Por ejemplo, la línea 2, que está en el Cerro de la Estrella de Iztapalapa, ayudó bastante porque se conecta con el metro Constitución de 1917”.
Electromovilidad: opción tecnológica para la descarbonización
• +95% es la eficiencia del motor eléctrico, mientras que la del motor de combustión es de aproximadamente 50%.
• 20% de la energía consume un vehículo eléctrico, gracias a sus sistemas de frenos regenerativos.
• 171 millones de toneladas de CO2 aporta el transporte en México.
• 2.2% anual crecen las emisiones de CO2 y de continuar esta tendencia las emisiones del sector se duplicarían hacia 2050.
• 29,000 muertes son atribuibles a la mala calidad del aire a nivel nacional.
• 40% de la población mexicana utiliza el transporte público, por lo que se manifiesta como un sector crucial para el desarrollo de las ciudades y de muchas actividades económicas esenciales.
Fuente:Electromovilidad: la promesa de descarbonización del transporte para América Latina y el Caribe, Banco Interamericano de Desarrollo / Incorporación de las acciones subnacionales para el fortalecimiento de la NDC de México en el sector transporte - Memorias de taller, WRI México.