70 años de sustentabilidad en el Estadio Olímpico Universitario






  • El Estadio Olímpico Universitario, obra emblemática de la arquitectura mexicana, es reconocido como un inmueble que refleja sustentabilidad en su construcción.


  • El Estadio Olímpico Universitario en su conjunto es un proyecto inteligente y basado en los tres principios de la sustentabilidad: economía, ambiental y social, refiere Armando Carranco, jefe de la División de Educación Continua y Actualización Docente de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

    "Absolutamente se puede considerar al Estadio Olímpico Universitario como una obra sustentable porque resultó una obra económica. La sustentabilidad se basa fundamentalmente en tres principios: ambiental, economía y social, y las tres las vamos a ver en este proyecto. Ambientalmente ocupa el material que ya está ahí, le da forma y es el mismo; económicamente es un estadio que resultó muy económico, apenas 28 millones de pesos de aquella época; y socialmente, es un estadio que está hecho fundamental para la juventud universitaria, ahí la gente puede practicar deporte y puede tener motivo de esparcimiento. Adelantándose más de 50 años a su época, es un estadio sustentable", expresa el docente.

    El hundimiento natural del terreno donde se construyó el Estadio Olímpico Universitario se aprovechó para excavar y utilizar el material extraído en la construcción: lava volcánica y una superficie plana al centro que es donde hoy está la cancha.

    “En el terreno de Ciudad Universitaria solamente había lava volcánica producto de la erupción del volcán Xitle. Había tres pequeñas planicies a las que los ejidatarios les llamaban ‘las joyas’ porque era el único lugar donde se podía sembrar, el resto era piedra volcánica. Entonces, las tres joyas es donde hoy están, uno, Las islas, que son el gran jardín con racimos de árboles en el campus central de CU; la otra joya es donde están las canchas deportivas, por eso tiene una inclinación a 45 grados porque así estaba la planicie; y la tercera joya estaba en la parte más alta del terreno, que hoy es la cancha del estadio”, expone en entrevista el arquitecto Armando Carranco.

    Remarca que, en conjunto, el Estadio Olímpico Universitario es un proyecto inteligente y sustentable. “Existía un espacio plano visualizado para una cancha de futbol y alrededor había un anillo de piedra volcánica; lo que se hizo fue quitar la costra de piedra para descubrir el terreno natural. El proyecto del arquitecto Augusto Pérez Palacios es muy inteligente porque al momento de retirar la costra de piedra, el terreno natural dio la forma, lo aplanaron, lo compactaron con su ángulo natural para que no se cayera y de un lado lo forraron de la piedra que sacaron, la labraron y le dieron el recubrimiento, y por dentro lo forraron de concreto con la forma de las tribunas. La estructura la dio la propia naturaleza con la tierra compactada, a eso se le llama terraplén”.

    Cabe destacar que en la primera etapa de la obra la tierra ayudó a dar forma al molde de lo que sería el estadio y en la segunda fase se detalló la construcción. “Por eso fue tan económico y tan rápido el proceso. En ese sentido es un estadio muy innovador porque está hecho con materiales naturales y por dentro con concreto, que era el material de moda de la época. El pavimento hace unas rampas, lo cual es interesante porque no hay escaleras para acceder al estadio, sino que están adentro para acomodarse en los asientos. Se puede llegar desde cualquier estacionamiento y son rampas suaves que van adaptándose a la topografía del terreno, se puede llegar hasta la puerta del estadio, donde está la zona de tribunas. Esa es otra de las grandes aportaciones del proyecto arquitectónico, aprovecha al máximo la topografía. El arquitecto Augusto Pérez Palacios fue muy sensible al terreno, al entorno, no hace movimientos de tierra muy fuertes, se adapta a la forma y lo va resolviendo muy sutilmente. Uno puede caminar alrededor del estadio, subir y bajar las rampas que son pendientes muy cómodas y no se siente que subes hasta ocho o 10 metros de altura, es imperceptible”, detalla el jefe de la División de Educación Continua y Actualización Docente de la Facultad de Arquitectura.

    En 1944 inició el proyecto del Estadio Olímpico Universitario, en 1951 empezó la obra y en 1952 fue inaugurado. “Construir una obra de este tamaño en apenas 18 meses es verdaderamente formidable, es un gran logro tomando en cuenta la tecnología que había”, expresa el arquitecto Carranco.



    “El proyecto del arquitecto Augusto Pérez Palacios es muy inteligente porque al momento de retirar la costra de piedra, el terreno natural dio la forma, lo aplanaron, lo compactaron con su ángulo natural para que no se cayera y de un lado lo forraron de la piedra que sacaron”.
    Armando Carranco, jefe de la División de Educación Continua y Actualización Docente de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.




    Estadio moderno y sustentable

    • 1952 es el año en el que se inauguró el estadio.
    • 7 de agosto de 1950, al mediodía, se inició su edificación, a la par de los edificios de la Facultad de Filosofía y Letras y de las entonces escuelas nacionales de Jurisprudencia y Economía, ahora facultades de Derecho y Economía.
    • +10,000 obreros participaron.
    • 42 túneles de concreto armado, con una longitud de entre ocho y 60 metros.
    • 28 millones de pesos fue su costo.
    • +100,000 m3 de roca fija, tierra y tepetate se movieron para lograr la forma proyectada.

    Fuente:Arq. Armando Carranco / Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.



    El estadio del futbol americano y el atletismo

    Localizado en Ciudad Universitaria, al poniente de la Avenida Insurgentes, enfrente de la Torre de Rectoría, el Estadio Olímpico Universitario fue inaugurado oficialmente el 20 de noviembre de 1952 y nueve días después se convirtió en el escenario del primer clásico de futbol americano entre la UNAM y el IPN.

    El estadio ha sido seleccionado como sede de eventos internacionales, tales como los Juegos Olímpicos de 1968, el Campeonato Mundial de Futbol de 1986, los Juegos Panamericanos de 1955 y 1975, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1954 y 1991, así como la Universiada de 1979.

    Para el diseño, el arquitecto Augusto Pérez Palacios se basó en una teoría del ingeniero estadounidense Gavin Hadden, quien diseñó varios estadios universitarios en Estados Unidos, fundamentalmente para la práctica del futbol americano.

    “La forma de las tribunas del estadio de CU es la manera como la gente se acomoda paulatinamente para ver un partido de futbol americano. La yarda 50 es el centro de la cancha, son los asientos más valiosos. Entonces los que llegan más temprano ocupan la zona de la yarda 50 y como va llegando la gente se va acomodando de forma concéntrica. Esto lo estudió Gavin Hadden con mucha atención, hizo varios análisis en estadios de EU y determinó que la mejor forma para las tribunas en un estadio de futbol americano era con esa curvatura. Bajo ese concepto se hicieron los estadios de la Universidad de Denver, de la Universidad de Cornell y otras. Ahí es donde el arquitecto Pérez Palacios se inspiró, hizo varios viajes a EU, además de que tuvo como principal asesor al entrenador del equipo de futbol americano Roberto ‘Tapatío’ Méndez, que fue el creador del mote de los Pumas y del azul y oro. Los Pumas viajaban mucho para jugar allá, conocían muy bien los estadios, entonces el propio entrenador es quien le da la idea al arquitecto”, detalla Armando Carranco.

    Asimismo, señala que la tribuna baja del Estadio Olímpico Universitario, que es plana y tiene una isóptica muy suave, está diseñada para ver competencias de atletismo. “Cuenta con la pista Olímpica y todas las instalaciones para pruebas de pista y campo, salto de longitud, lanzamiento de jabalina, de todo lo que se hace en el atletismo. El arquitecto Pérez Palacios se apoyó en el profesor Jorge Molina Celis, quien era el entrenador de atletismo del equipo de la UNAM. El arquitecto se asesoró con dos entrenadores deportivos para poder diseñar de mejor manera el estadio. Hay que insistir que no fue un estadio diseñado para futbol soccer porque ni siquiera existía el club profesional, el cual llegará hasta 1954, fue diseñado para ver futbol desde arriba y atletismo abajo”.

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