Oaxaca: primer Estado con 3 Indicaciones Geográficas






  • El Estado de Oaxaca es el primero en México que posee tres Indicaciones Geográficas, distintivos que otorga el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para proteger jurídicamente y dar valor agregado a los alebrijes, seda de Cajonos y tapetes de lana de Teotitlán, San Miguel y Santa Ana del Valle.




  • El 2 de marzo de este año Oaxaca hizo historia al convertirse en el primer Estado en México que cuenta con tres Indicaciones Geográficas: Tallas de Madera: Tonas y Nahuales, Artesanías de los Valles Centrales de Oaxaca; Seda de Cajonos y Tapetes de Teotitlán, Santa Ana y San Miguel del Valle.

    La primera Indicación Geográfica que obtuvo Oaxaca fue Tallas de Madera: Tonas y Nahuales, Artesanías de los Valles Centrales de Oaxaca y se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 16 de febrero de este año. Con ello los alebrijes quedan protegidos del plagio.

    El pasado 2 de marzo el DOF hizo pública tanto la Declaración de protección de la Indicación Geográfica Seda de Cajonos como la Declaración de protección de la Indicación Geográfica Tapetes de Teotitlán, Santa Ana y San Miguel del Valle.

    Cabe mencionar que las solicitudes requeridas y otorgadas por el IMPI contemplan la protección de la historia, orígenes, evolución, materiales de elaboración, proceso, obtención de materiales, diseños, así como los criterios de producción y comercio.

    Durante el evento virtual titulado La propiedad industrial y las MIPYMES, piezas clave para la recuperación económica, presidido por la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, el pasado 25 de marzo y en el que estuvieron presentes Daren Tang, director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI); Ana Bárbara Mungaray, titular de la Unidad de Desarrollo Productivo de la Secretaría de Economía, y Alfredo Rendón, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Genoveva Martínez, representante de la indicación geográfica de Seda de Cajonos, señaló que entre los beneficios que los municipios oaxaqueños obtienen con la Indicación Geográfica destaca el valor agregado a los productos que se refleja en el precio, así como su uso y aprovechamiento para generar ganancias económicas importantes en la comercialización y exportación, lo cual crea un efecto de derrama económica, incluso en el ámbito turístico.



    ¿Qué es una Indicación Geográfica?

    Las indicaciones geográficas son bienes de dominio del poder público de la Federación y se reconocen a través de una declaratoria de protección emitida por el IMPI.

    Se utilizan para identificar productos cuyas características son otorgadas por las cualidades naturales del medio geográfico donde se producen. A pesar de que en otras zonas se encuentren productos del mismo género, la Indicación Geográfica no asegura que el nombre del lugar que complementa la identificación del producto va acompañada de características particulares y exclusivas.

    La Ley de la Propiedad Industrial define el concepto de la Indicación Geográfica conforme a lo siguiente: “el nombre de una zona geográfica o que contenga dicho nombre, u otra indicación conocida por hacer referencia a la citada zona, que identifique un producto como originario de la misma, cuando determinada calidad, reputación u otra característica del producto sea imputable fundamentalmente a su origen geográfico”.

    La diferencia entre las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas consiste en el vínculo con el lugar de origen, que es más fuerte en la Denominación de Origen, en la que además deben existir factores naturales y humanos que otorguen características específicas al producto, mientras que en una Indicación Geográfica basta que cumpla con un solo criterio atribuible al origen geográfico, ya sea una calidad, reputación u otra característica.




    Los alebrijes no podrán ser plagiados, imitados o robados

    El 19 de octubre de 2020 fue publicado en el DOF la Solicitud de Declaración General de Protección de la Indicación Geográfica Alebrijes, Tonas, Nahuales y Tallas de Madera de los Valles Centrales de Oaxaca.

    El producto terminado identifica artesanías producidas en las siguientes localidades de la región de los Valles Centrales de Oaxaca: San Antonio Arrazola, San Martín Tilcajete, Unión Tejalápam, San Pedro Taviche y Oaxaca de Juárez, y consisten en la combinación del tallado en madera de figuras de diversa índole y el pintado con una gran gama de colores que representan aspectos trascendentales de la cultura de los pueblos de la región de los Valles Centrales de Oaxaca, como la flora y fauna de la región, así como el calendario zapoteco prehispánico y particularidades de su cosmovisión.

    “Hemos buscado que se reconozcan como pueblos originales de tallas de madera, ya que años atrás el conflicto mayor era averiguar quién había sido el iniciador de la técnica, había una competencia entre Arrazola y Tilcajete porque son los que tienen más tiempo dando a conocer la artesanía, pero ahora más que competir nos unimos para proteger nuestra artesanía y sea reconocida como una Indicación Geográfica, que el producto es original y se hace con técnicas ancestrales”, expresa en entrevista Roxana Ortega Fabián, quien con su esposo, el maestro Jesús Hernández Torres, dirige el taller Copal Mágico en San Martín Tilcajete, municipio donde alrededor de 180 familias se dedican al tallado en madera.

    En San Martín Tilcajete, municipio que forma parte de la Ruta Mágica de las Artesanías y se localiza a 30 minutos de la ciudad capital Oaxaca, se reconocen a siete familias como las iniciadoras del movimiento del tallado en madera. “Mi esposo es la tercera generación de artesanos en su familia. Hace 22 años formamos nuestro taller con un estilo propio y en 2014 empezamos a participar en diversos concursos, en los que ganamos el primer lugar y gracias a eso invitaron a mi esposo a representar a Oaxaca en la talla de madera en una exposición en el extranjero, lo que nos ha dado mayor reconocimiento y nos ha permitido ser más exigentes con la calidad y exclusividad de las piezas”, señala la cofundadora del taller Copal Mágico.








    La oruga que se convierte en Seda Cajonos

    Los rebozos, huipiles, bufandas, pañuelos, aretes y collares de seda originarios de los municipios oaxaqueños San Pedro Cajonos, San Francisco Cajonos, Santo Domingo Xagacía, San Pablo Yaganiza, San Mateo Cajonos y la Agencia de San Miguel Cajonos del municipio de San Francisco Cajonos están protegidos con la Indicación Geográfica Seda de Cajonos.

    El 29 de octubre de 2021 fue publicada en el DOF la Solicitud para emitir la Declaración de Protección a la Indicación Geográfica Seda de Cajonos.

    La Seda de Cajonos representa el sustento económico de las comunidades que forman parte de esta Indicación Geográfica, cuyo producto terminado identifica artesanía elaborada con hilo de seda obtenido de la cría y beneficio del gusano de seda género Bombyx Mori, que es capaz de producir un capullo de forma oval de color amarillo claro.

    “Toda mi familia trabaja la seda, somos 15 personas, además de que en la comunidad de San Pedro Cajonos hay 10 grupos que la trabajan, una tradición de las abuelitas, quienes nos han heredado el conocimiento de la cría de gusano de seda criollo”, comenta en entrevista Moisés Martínez Velasco, artesano zapoteco de la Sierra Norte, de la comunidad San Pedro Cajonos, quien cuenta con 22 años de experiencia en la sericicultura.

    Comenta que del número de árboles de morera que tienen los productores depende la cantidad de gusanos que se pueden alimentar. “Nosotros hemos criado hasta 40,000 gusanos y tenemos alrededor de 1,500 árboles de morera que nos ayudan a alimentar a las orugas. Por lo regular se crían 20,000 gusanos por familia, que se colocan en estantes. De tres milímetros que los gusanos miden al nacer, en su edad adulta alcanzan los siete centímetros”.

    Martínez Velasco, que también es presidente de la Sociedad Cooperativa de Productores y Artesanos de Seda de la Sierra Norte, refiere que un rebozo con el color natural de la seda tiene un valor de 7,000 pesos, mientras que un rebozo teñido cuesta 8,000 pesos. “Solo cobramos el costo de producción, no se cobra el conocimiento ni otros gastos, solo parte de los días de trabajo”.

    El 21 de octubre de 2020 se inauguró el Santuario de Gusano de Seda, que de acuerdo con el Gobierno de Oaxaca requirió una inversión de más de 19 millones de pesos y contribuirá a generar la materia prima y dar valor agregado a las artesanías y textiles que se producen en la región.








    Tapetes de lana de borrego

    La historia cuenta que fue el clérigo Juan Zárate de López quien por el año 1530 enseñó a los habitantes de Teotitlán del Valle a tejer la lana, arteque después sería utilizado para elaborar los tapetes.

    La mayoría de las familias del pueblo Teotitlán del Valle se dedican a la elaboración de tapetes de lana de borrego. “Es nuestra artesanía y desde hace muchos años trabajamos en ella y es característica de esta población. Somos tres generaciones las que trabajamos los tapetes”, comenta Gabriela Jiménez, quien junto con su esposo Moisés Vásquez forma parte del taller y galería Tapetes Vásquez.

    El 29 de octubre de 2021 fue publicada en el DOF la Solicitud para emitir la Declaración de Protección a la Indicación Geográfica Tapetes de Teotitlán, Santa Ana y San Miguel del Valle, que protege los tapetes tejidos en telar de pedales con lana de borrego hilada y teñida con procesos artesanales, caracterizados por sus diseños lineales, geométricos y figurativos de colores únicos. Los diseños denominados zapotecos incluyen grecas, cruces y diamantes, se consideran geométricos debido a que cada estilo requiere habilidades y precisiones diferentes, siendo que los tejedores se especializan en cada uno de ellos.

    “El hilado de los tapetes es manual y se trabaja con el malacate y la rueca. Desde que se adquiere la lana, se peina, se hila y se tiñe, aproximadamente en un mes y medio es cuando tenemos una pieza. Para un tapete de 60 centímetros por un metro se llevan seis madejas de hilo y se usan tintes naturales como el huizache, flor de cempasúchil, hongo del árbol del pirul o bejuco, añil y grana cochinilla. Hay diseños tradicionales que están inspirados en las pirámides de Mitla y también manejamos diseños contemporáneos”, indica Gabriela Jiménez.

    Menciona que en cada taller se muestra a los visitantes el proceso para obtener las piezas y el trabajo que conllevan. “Los precios varían y dependen del diseño, entre más complejo es más elevado el costo. Los precios van de los 1,800 a los 10,000 pesos. Las piezas que se llevan representan el sentir de cada tejedor y se han enviado a Estados Unidos, Canadá, Europa, Corea del Sur, entre otros países”.