La tendencia hacia valorar la autenticidad y lo autóctono se ha vuelto cada vez más prominente en nuestro mundo globalizado, llevando a muchos países a mirar hacia adentro y hacia su patrimonio cultural.
En México, con su rica historia y diversos grupos étnicos, la tendencia hacia valorar la autenticidad y lo autóctono ha llevado a la aprobación de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, la cual tiene como objetivo reconocer y proteger los derechos colectivos de estos grupos, los cuales han sido copiados y explotados por las industrias, especialmente en la moda, expone la firma legal DUMONT.
La identidad y las costumbres de México varían significativamente en las distintas regiones del país, con al menos 62 grupos étnicos distintos, cada uno con su propio idioma y prácticas culturales. La ley reconoce los derechos de propiedad de estas comunidades sobre su patrimonio cultural y establece protección especial para sus tradiciones espirituales y religiosas, lugares sagrados y símbolos culturales. Requiere el consentimiento de la comunidad para el uso y explotación de su patrimonio cultural y anula cualquier acuerdo hecho por individuos dentro de una comunidad para la comercialización de elementos culturales.
“También incluye principios de bioculturalismo, comunitarismo, distribución justa de beneficios, igualdad de género, no discriminación, autodeterminación, autonomía, libre expresión, pluralismo jurídico, multiculturalismo y respeto a la diversidad cultural. Reconoce a las comunidades como sujetos de derecho público, dándoles la capacidad de generar sus propias normas y representación legal. Sin embargo, la interacción de la ley con la legislación existente, especialmente en cuanto a la propiedad intelectual e industrial, sigue siendo poco clara y existen preocupaciones sobre la falta de claridad respecto a elementos posiblemente ya en el dominio público”, refiere DUMONT.
Sistema Nacional de Protección Cultural
La ley crea un Sistema Nacional de Protección Cultural que incluye una Comisión Intersecretarial para la protección, una Secretaría Ejecutiva y un Registro Nacional para el Patrimonio Cultural de los Pueblos y las Comunidades Indígenas. El registro tiene efectos legales que son exigibles contra terceros. Las comunidades tienen el derecho de tomar medidas legales contra cualquier persona que utilice, explote o malverse elementos culturales sin permiso.
Se espera que el proceso de registro sea lento, ya que ha habido poca socialización en torno a la ley, lo que deja a las comunidades e industrias inseguras sobre cómo responder.
Actualmente hay ocho casos activos ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) que, una vez resueltos, proporcionarán orientación sobre cómo se aplicará e interpretará la ley.
En general, la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas busca proteger y desarrollar el patrimonio cultural de estos grupos, reconociendo la importancia de su propiedad intelectual y su identidad colectiva, concluye DUMONT.